lunes, septiembre 11, 2006

Diógenes de Sínope

Bruno Marcos
De todas las barbaridades que hizo Diógenes destaca para mí la de masturbarse en medio del ágora exclamando que ojalá pudiera librarse así del hambre, frotándose el estómago.
Lo cuenta Diógenes Laercio y uno no puede dejar de preguntarse por qué entra Diógenes de Sínope en la nómina de los filósofos más famosos. Todo lo que dice y hace se reduce a improperios, obviedades, desplantes, extravagancias y demás.
Después de luchar tanto los griegos por vivir en comunidad, por pensar la polis como un lugar de justicia, sale uno que dice que es mejor vivir como los animales. Los cínicos parece que eran todos hijos de aristócratas adinerados lo que me hace sospechar que tal vez eran simplemente unos niñatos malcriados poco amantes del trabajo, la higiene y la cortesía. Algunos de sus actos son perfectamente iguales a algunas microacciones de artistas contemporáneos, meras performances. Mucho se debieron reír de Diógenes en su tiempo como se ríen ahora de los artistas contemporáneos.
Pero lo que plantea Diógenes de Sínope masturbándose en el ágora a plena luz del día es más que un dilema moral una cuestión técnica, a saber, si se le permite vivir en la polis, por las calles, como mucho en un barril, técnicamente Diógenes queda privado de privacidad, sin propiedad privada no hay intimidad. Realmente lo que predicaba con los hechos es que la polis habría de ser un sitio puramente público.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buñuel lo predijo en "El angel exterminador": lo privado y lo público se trasmutarán.

septiembre 11, 2006 11:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

si no puedes ser elegante, sé extravagante



tú también seguiste el camino del filósofo en tus principios..
dónde perdiste el barril?

septiembre 12, 2006 6:18 p. m.  

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